Autora: Alejandra Ovalle
Es médica, coordinadora del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo y del Centro de Salud de la Universidad del Quindío.
María Victoria Salazar Palacio es médica egresada en 1992 de la Universidad del Quindío, especialista en Salud Ocupacional e Higiene del Trabajo y magister en Prevención de Riesgos Laborales. Actualmente, se desempeña como directora del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo y del Centro de Salud de la universidad del Quindío. Por su destacada trayectoria en el plantel educativo y su aporte fundamental a la construcción de la universidad, obtuvo la distinción Palma de Cera, reconocimiento que fue entregado el pasado jueves 20 de octubre durante la Noche de la Excelencia Uniquindiana.
“Es un orgullo grandísimo que la universidad me haya hecho este reconocimiento. Estoy eternamente agradecida. Nunca me lo esperé. Implica muchas responsabilidades y dar mucho más cada día. El reto es grande, hay mucho por trabajar y por hacer”, Dijo Salazar Palacio.
Salazar Palacio nació en Armenia en 1966. Sus estudios de secundaria transcurrieron en el colegio Nuestra Señora del Rosario. Hay un recuerdo que con cariño narró: “Tengo una familia muy bonita que me enorgullece. Mi padre, desafortunadamente murió hace pocos meses, pero trabajó durante toda su vida en la universidad del Quindío, por eso mi infinito amor por la universidad. De pequeña íbamos con mi mamá y mis hermanos a esperar a mi padre que saliera de clase. Nos hacíamos afuera por ahí hasta las 10 pm en un Renault 4, en el que lo reconocíamos y luego regresábamos a casa”.
En el hospital San Vicente de Montenegro realizó su año rural y posteriormente, se adscribió como médica en el Seguro Social. Desde hace 21 años, comenzó su camino en la que llama su casa: la Universidad del Quindío. Allí comenzó como coordinadora del centro de salud. “Este ha ido creciendo, ya tenemos una población grande de comunidad universitaria y población externa que ha ido accediendo a estos servicios”, Explicó Salazar Palacio.
Su familia se conforma por Jaime Botero, esposo; Vanessa, su hija; Ruby Palacio, su madre y sus hermanos: Jorge Iván y Margarita María. “Éramos 4 hermanos. Carlos Alberto murió también hace unos meses. Fue un excelente hermano y medico. Jorge Iván es el hermano mayor, es nuestro segundo padre, todo el amor del mundo y el orgullo de tenerlo como hermano”, expresó.
Han pasado 21 años desde que llegó a la universidad, ¿Qué ha sido lo más importante para su trayectoria?
Las enseñanzas, la universidad es un aprendizaje diario. También resalto el trabajo en equipo comenzando por la alta dirección, vicerrectoría, jefes de área, directores y docentes, tenemos un grupo de trabajo y una comunidad muy cálida, agradable y presta a darlo todo por la universidad.
Asimismo, hay algo más que destacar. Nunca creí que iba a vivir una pandemia ya eso me enfrenté como coordinadora de Seguridad y Salud en el Trabajo y del Centro de Salud. Con mi equipo de trabajo activamos el puesto de mando unificado en la cabeza del señor rector. Luego tuvimos que cerrar la universidad, luego creamos un centro de teleorientación, nunca lo habíamos montado. Trabajamos en equipo con Ingeniería de Sistemas e hicimos aproximadamente 7.000 llamadas a comunidad universitaria, docentes, estudiantes y administrativos que estaban angustiados, no sabían qué hacer o tenían síntomas. Con internos del programa de Medicina y del Centro de Salud nos dimos a la tarea de sacar adelante y hacer acompañamiento físico y mental.
Luego montamos el protocolo de bioseguridad, lo llevamos a aprobación y así realizamos todo ese proceso que fue una experiencia muy grande. En cuanto a vacunación tuvimos una acogida grandísima, alcanzamos a vacunar 53.000 personas, entre comunidad universitaria y externa.
Esas experiencias de darle todo a la sociedad, me enorgullecen como universidad.